jueves, 30 de mayo de 2013

INTERCAMBIO CALAMONTE-CAEN
I.E.S. “RUTA DE LA PLATA” - COLLÈGE “MARCEL PAGNOL”
            En octubre de 2011, a petición de los alumnos de Francés de 3º de la ESO, iniciamos los trámites que nos llevarían a la realización de un proyecto ilusionante: un intercambio escolar con un centro educativo extranjero. Tras publicar nuestra solicitud en la página de intercambios escolares, recibimos la aceptación de varios institutos franceses, de los cuales, los alumnos optaron por el más cercano a París con la idea de visitar también la capital de Francia, se trataba del Collège “Marcel Pagnol" de Caen, la capital de la Baja Normandía, situada a 2 horas y media de París.
            Una vez finalizados los trámites burocráticos, comenzamos con la siguiente tarea: organizar nuestro viaje y nuestra estancia en Caen. Para ello, decidimos crear una comisión de trabajo compuesta por 2 padres de los alumnos implicados en la actividad, las 2 profesoras acompañantes: Isabel Mª Gómez Rodríguez (profesora de Francés) y Mercedes Mata Cid (profesora de Religión), la jefa del Departamento de Actividades Extraescolares, Maite Figueira González y el director del instituto, José Guerrero Aguaviva. Una representación de los miembros de esta comisión se reunió en varias ocasiones con el fin de consensuar los detalles del viaje de ida: billetes de avión, hoteles, itinerarios, entradas para visitas turísticas, etc. y se convocaron las reuniones necesarias con los padres de los alumnos participantes en el intercambio.
            Tras 6 largos meses de trabajo intensivo, por fin, estábamos preparados para emprender nuestro viaje hacia una nueva experiencia para los alumnos del IES. "Ruta de la Plata" de Calamonte. El domingo 25 de marzo de 2012, salíamos en autobús 2 profesoras (Mercedes Mata Cid, profesora de Religión e Isabel Mª Gómez Rodríguez, profesora de Francés), acompañando a 22 alumnos, de la avenida de Calamonte hacia la terminal 4 del aeropuerto de Madrid-Barajas, allí cogimos el avión de Air France con destino París-Orly donde nos esperaba el autobús que nos trasladaría a la Gare Saint-Lazare y, una vez en esta estación, subimos al tren que nos llevaría a nuestro destino final: la estación de Caen.

En el avión.

                                                                                                                                  En el metro.
En el tren.
                                   
            Allí nos esperaban con impaciencia, y a deshoras ya para ellos, pero con la misma ilusión con la que llegamos nosotros después de nuestro largo viaje, las 22 familias que iban a alojar a nuestros alumnos junto con Claudine, la profesora de español, y la directora del instituto francés, ellas fueron las encargadas de asignar las familias francesas a cada alumno español. Recibimos una calurosa bienvenida, por su parte, así como una estupenda cena caliente y, una vez hechas las presentaciones y entregados los regalos que les llevábamos desde España, nos fuimos enseguida a descansar para las clases del día siguiente. 
            Nuestra llegada al Collège “Marcel Pagnol” fue todo un acontecimiento. En la entrada, nos esperaba el equipo directivo junto con el personal de administración y servicios quienes nos desearon una feliz estancia en su Centro y se pusieron a nuestra disposición para cualquier cosa que pudiéramos necesitar. Seguidamente, salimos al patio para ver cómo habían pasado la noche nuestros alumnos (ésa era nuestra primera tarea de la mañana durante los 7 días que permanecimos en Caen). Nos llamaron la atención algunos aspectos de la vida escolar en Francia que eran diferentes a la nuestra como, por ejemplo, que los alumnos del instituto siguen haciendo la fila por grupos antes de entrar en clase con su correspondiente profesor, igual que hacemos en España cuando estamos en el colegio. A nuestros alumnos les gustó ver la forma en que se dan las clases en Francia y, al mismo tiempo, les costó adaptarse al horario de comidas así como acostumbrarse a continuar con el horario lectivo después de comer. Sin embargo, la mayoría de ellos, manifestaron su deseo de quedarse una semana más aprendiendo allí.
            Además de la asistencia a clase el lunes, miércoles y viernes, hicimos dos visitas culturales: la visita a las Playas del Desembarco de Normandía, el martes, y al Mont Saint-Michel, el jueves. La primera visita, nos transportó a la época del Desembarco de Normandía sin apenas darnos cuenta, allí estaban los enormes agujeros que habían dejado los bombardeos en lo alto de los acantilados, los puestos de vigilancia con sus orificios para los cañones y el cine circular en el que pudimos ver cómo se llevó a cabo el desembarco y las consecuencias que tuvo, visitamos el Cementerio alemán, repleto de cruces oscuras y el Cementerio americano, sembrado de cruces blancas perfectamente alineadas.

Las huellas de los bombardeos.








En los puestos de vigilancia.
Cementerio Alemán


Cementerio Americano


En la segunda salida, los alumnos descubrieron un lugar mágico, el Mont Saint-Michel, un monte en medio del mar lleno de construcciones medievales en piedra, un conjunto medieval que ha sabido conservar su propio estilo arquitectónico, y una impresionante abadía en la cima con vistas espectaculares sobre el mar.

Foto de grupo en el Mont Saint-Michel.







                                                                                                                                                         Entrada a la Abadía.
           
Dedicamos también un día para las compras de regalos por la ciudad, Caen, acompañados por nuestros respectivos correspondientes. En Caen, pudimos visitar también su castillo, sus iglesias, el puerto, compartir juegos con nuestros amigos franceses, degustar los exquisitos croissants y disfrutar de la brisa que nos iba bronceando poco a poco.




El sábado, último día de nuestra estancia en Normandía, cada uno de nosotros lo pasó con su correspondiente familia francesa, como despedida.






Con la familia de Sedat en su kebatería.
            El domingo por la mañana, poníamos el punto y seguido a nuestra aventura: acompañados por nuestras familias francesas, que nos despedían apenados.







 …..À BIENTÔT!!!

             Salíamos para París desde la estación de Caen, y allí pasaríamos tres días más visitando todos sus monumentos: la catedral de Notre Dame, el museo del Louvre con sus preciosas pirámides de cristal en el patio central, el Arco del Triunfo del Carroussel, los Jardines de las Tullerías, la Plaza de la Concordia, los Campos Elíseos, el Petit y el Grand Palais, el Arco del Triunfo con su llama siempre encendida en memoria al soldado desconocido, la majestuosa Fuente del Trocadero frente a la Torre Eiffel, donde pudieron seguir contemplando la famosa “grandeur” francesa desde más de 300m de altura, la basílica del Sacré Coeur, situada en el típico barrio de Montmartre o barrio de los pintores; paseando en bateau mouche por el Sena y dejándonos envolver por la magia de Disney durante un día.
Museo del Louvre                  
Notre Dame





El río Sena con la Torre Eiffel al fondo.




                                                       A los pies de la Torre Eiffel.
                                                                                                    
Fuente del Trocadero, frente a la Torre Eiffel.

DISNEYLAND PARIS









               

                Foto con Christian Gálvez y Almudena Cid.
               

            Nuestra estancia en Francia se prolongó un día más de lo previsto debido a la huelga de controladores aéreos franceses. Al llegar al aeropuerto, nos comunicaron que nuestro vuelo de Air France había sido cancelado. Pasamos el día entero en el aeropuerto haciendo múltiples gestiones en varios mostradores, explicando nuestro problema a través de la televisión francesa, haciéndonos de 24 camillas de campaña para que todos pudiéramos pasar la noche con una cierta comodidad …




                                                           Una aventura más…

Finalmente, sobre las 10 de la noche, supimos que nos trasladaban a un hotel de Disney y nos proporcionaban un picnic para que no tuviéramos que pasar la noche en el aeropuerto con 22 menores.







En el Hotel New York…
un sueño después de la pesadilla.




            El sábado 6 de marzo de 2013, nos tocaba a nosotros esperar ansiosos la llegada de 23 alumnos y 3 profesores franceses en el mismo lugar de donde habíamos salido el año anterior, la avenida de Calamonte. La emoción nos invadió cuando vimos su autobús atravesar el puente del canal y tomar la curva hacia la parada de autobuses donde nos encontrábamos. Llegaban al atardecer para quedarse entre nosotros durante 7 días.

           



           
                       
                        
                        Sierra de Calamonte




                                                 San Isidro
            En el I.E.S. “Ruta de la Plata”, todo estaba preparado para darles la bienvenida como se merecían después del largo viaje del día anterior y del gran esfuerzo económico que hacían sus familias para que pudieran venir a vernos. Un enorme y precioso cartel de bienvenida en francés presidía el hall del instituto y un emotivo panel con fotos de nuestra estancia en Francia, que habíamos preparado con mucho cariño, les esperaba también a su entrada en el centro.



           
            El esquema que seguimos durante su estancia en España fue similar al que tuvimos durante nuestra estancia en Francia: lunes, miércoles y viernes asistimos a clase y dedicamos martes y jueves a las visitas culturales.
             






Compartiendo clases.


            El martes, visitamos Sevilla donde pudimos impregnarnos del olor a azahar que desprendían sus naranjos en flor, mientras visitábamos la Maestranza, los Reales Alcázares, la Catedral, la Giralda, el barrio de Santa Cruz, los Jardines de Murillo, la Plaza de España, el parque de María Luisa, el Ayuntamiento y, por último, la zona de compras: las calles Sierpe, Tetuán y aledaños. Fue un día muy especial que contribuyó a estrechar los lazos de amistad y afecto que iban surgiendo entre nosotros: Camille, una de las alumnas francesas, cumplía años y lo celebramos con una exquisita tarta de brownies casera de la que no quedaron ni las migas, con sus velas, en un lugar emblemático: la Plaza de España de Sevilla.












                                                                      
La Plaza de España.                                      
           





                                  
                                   Los Jardines de los Reales Alcázares.

            El jueves, les mostramos el gran patrimonio cultural que tenemos la suerte de poder disfrutar a menudo gracias a su cercanía, Mérida; empezamos el día con dos estupendas visitas guiadas: el Museo Nacional de Arte Romano y el Teatro y Anfiteatro romanos; con sus explicaciones, los guías nos dibujaron perfectamente el esquema de la vida romana de la época lo que después nos permitió disfrutar y entender mejor las visitas al Foro, el Templo de Diana, el Arco de Trajano, el Circo romano o Hipódromo, la Casa del Mitreo, el Alcazaba árabe, el Puente romano, el yacimiento de Morerías y los restos visigodos de la Basílica de Santa Eulalia; como colofón, el tan ansiado “quartier libre” o tiempo libre para hacer compras o tomar algo y descansar de la agotadora jornada.

            Casi sin darnos cuenta, llegó el viernes, último día que pasábamos junto a nuestros  amigos franceses. Por la mañana, 3 horas de clase y actividades deportivas después del recreo: fútbol, badminton, baloncesto, … todo a cargo de nuestra compañera de Educación Física, Chelo García González, actividades en las que franceses y españoles formaban parte del mismo equipo, ayudándose los unos a los otros.







Como broche final, una comida de convivencia con los alumnos implicados en el intercambio, sus correspondientes franceses y sus padres y hermanos en el porche del instituto.







Compartiendo una estupenda paella.







            Por la tarde, las típicas compras de última hora, que costó meter en la maleta... y cena con amigos. Al día siguiente, volvíamos a encontrarnos en la avenida de Calamonte para despedir a los 26 franceses con lágrimas en los ojos y con el deseo de volver a verlos algún día. Se acababa así una experiencia que nuestros alumnos recordarán siempre...

miércoles, 8 de mayo de 2013


Además de la asistencia a clase el lunes, miércoles y viernes, hicimos dos visitas culturales: la visita a las Playas del Desembarco de Normandía, el martes, y al Mont Saint-Michel, el jueves. La primera visita, nos transportó a la época del Desembarco de Normandía sin apenas darnos cuenta, allí estaban los enormes agujeros que habían dejado los bombardeos en lo alto de los acantilados, los puestos de vigilancia con sus orificios para los cañones y el cine circular en el que pudimos ver cómo se llevó a cabo el desembarco y las consecuencias que tuvo, visitamos el Cementerio alemán, repleto de cruces oscuras y el Cementerio americano, sembrado de cruces blancas perfectamente alineadas. En la segunda salida, los alumnos descubrieron un lugar mágico, el Mont Saint-Michel, un monte en medio del mar lleno de construcciones medievales en piedra, un conjunto medieval que ha sabido conservar su propio estilo arquitectónico, y una impresionante abadía en la cima con vistas espectaculares sobre el mar. Dedicamos también un día para las compras de regalos por la ciudad, Caen, donde pudimos visitar también su castillo, sus iglesias, el puerto y disfrutar de la brisa que nos iba bronceando poco a poco. El sábado, último día de nuestra estancia en Normandía, cada uno de nosotros lo pasó con su correspondiente familia francesa, como despedida.
El domingo por la mañana, poníamos el punto y seguido a nuestra aventura: acompañados por nuestras familias francesas, que nos despedían apenados, salíamos para París desde la estación de Caen, y allí pasaríamos tres días más visitando todos sus monumentos: la Catedral de Notre Dame, el Palacio del Museo del Louvre con sus espectaculares pirámides de cristal, el Arco del Triunfo del Carroussel, los Jardines de las Tullerías, la Plaza de la Concordia, el Petit y el Grand Palais, los Campos Elíseos, el Arco del Triunfo con su llama siempre encendida en memoria al soldado desconocido, la majestuosa Fuente del Trocadero, frente a la Torre Eiffel, los Campos de Marte y su Academia Militar paseando en bateau mouche por el Sena y dejándonos envolver por la magia de Disney durante un día.


ESTANCIA EN ESPAÑA

El sábado 6 de marzo de 2013, nos tocaba a nosotros esperar ansiosos la llegada de 23 alumnos y 3 profesores franceses en el mismo lugar de donde habíamos salido el año anterior, la avenida de Calamonte. La emoción nos invadió cuando vimos su autobús atravesar el puente del canal y tomar la curva hacia la parada de autobuses donde nos encontrábamos. Llegaban al atardecer para quedarse entre nosotros durante 7 días.
En el I.E.S. “Ruta de la Plata”, todo estaba preparado para darles la bienvenida como se merecían después del largo viaje del día anterior y del gran esfuerzo económico que hacían sus familias para que pudieran venir a vernos. Un enorme y precioso cartel de bienvenida en francés presidía el hall del instituto y un emotivo panel con fotos de nuestra estancia en Francia, que habíamos preparado con mucho cariño, les esperaba también a su entrada en el centro.
El esquema que seguimos durante su estancia en España fue similar al que tuvimos durante nuestra estancia en Francia: lunes, miércoles y viernes asistimos a clase y dedicamos martes y jueves a las visitas culturales. El martes, visitamos Sevilla donde pudimos impregnarnos del olor a azahar que desprendían sus naranjos en flor, mientras visitábamos la Maestranza, los Reales Alcázares, la Catedral, la Giralda, el barrio de Santa Cruz, los Jardines de Murillo, la Plaza de España, el parque de María Luisa, el Ayuntamiento y, por último, la zona de compras: las calles Sierpe, Tetuán y aledaños. Fue un día muy especial que contribuyó a estrechar los lazos de amistad y afecto que iban surgiendo entre nosotros: Camille, una de las alumnas francesas, cumplía años y lo celebramos con una exquisita tarta de brownies casera, con sus velas, en un lugar emblemático, la Plaza de España de Sevilla. El jueves, les mostramos el gran patrimonio cultural que tenemos la suerte de poder disfrutar a menudo gracias a su cercanía, Mérida, ciudad Patrimonio de la Humanidad; empezamos el día con dos estupendas visitas guiadas: el Museo Nacional de Arte Romano y el Teatro y Anfiteatro romanos; con sus explicaciones, los guías nos dibujaron perfectamente el esquema de la vida romana de la época lo que después nos permitió disfrutar y entender mejor las visitas al Foro, el Templo de Diana, el Arco de Trajano, el Circo romano o Hipódromo, la Casa del Mitreo, el Alcazaba árabe, el Puente romano, el yacimiento de Morerías y los restos visigodos de la Basílica de Santa Eulalia; como colofón, el tan ansiado “quartier libre” o tiempo libre para hacer compras o tomar algo y descansar de la agotadora jornada.
Casi sin darnos cuenta, llegó el viernes, último día que pasábamos junto a nuestros amigos franceses. Por la mañana, 3 horas de clase y actividades deportivas después del recreo: fútbol, badminton, baloncesto, … todo a cargo de nuestra compañera de Educación Física, Chelo García , actividades en las que franceses y españoles formaban parte del mismo equipo, ayudándose los unos a los otros. Como broche final, una comida de convivencia con los alumnos implicados en el intercambio, sus correspondientes franceses y sus padres y hermanos en el porche del instituto.
Por la tarde, las compras de última hora, que costó meter en la maleta... y cena con amigos. Al día siguiente, volvíamos a encontrarnos en la avenida de Calamonte para despedir a los 26 franceses con lágrimas en los ojos y con el deseo de volver a verlos algún día. Se acababa así una experiencia que nuestros alumnos recordarán siempre...

viernes, 26 de abril de 2013

Nuestra llegada al Collège "Marcel Pagnol" fue todo un acontecimiento. En la entrada, nos esperaba el equipo directivo junto con el personal de administración y servicios quienes nos desearon una feliz estancia en su Centro y se pusieron a nuestra disposición para cualquier cosa que pudiéramos necesitar. Seguidamente, salimos al patio para ver cómo habían pasado la noche nuestros alumnos (ésa era nuestra primera tarea de la mañana durante los 7 días que permanecimos en Caen).

Nos llamaron la atención algunos aspectos de la vida escolar en Francia que eran diferentes a la nuestra como, por ejemplo, que los alumnos del instituto siguen haciendo la fila por grupos antes de entrar en clase con su correspondiente profesor, igual que hacemos en España cuando estamos en el colegio. A nuestros alumnos les gustó ver la forma en que se dan las clases en Francia y les costó adaptarse al horario de comidas así como acostumbrarse a continuar con el horario lectivo después de comer.

jueves, 25 de abril de 2013

Una vez finalizados los trámites burocráticos, comenzamos con la siguiente tarea: organizar nuestro viaje y nuestra estancia en Caen.

Para ello, decidimos crear una comisión de trabajo compuesta por 2 padres de los alumnos implicados en la actividad, las 2 profesoras acompañantes, la jefa del Departamento de Actividades Extraescolares y 1miembro del equipo directivo. Dicha comisión se reunió en varias ocasiones con el fin de consensuar los detalles del viaje de ida: billetes de avión, hoteles, entradas para visitas turísticas, etc.


ESTANCIA EN FRANCIA

Tras 6 largos meses de trabajo intensivo, por fin, estábamos preparados para emprender nuestro viaje hacia una nueva experiencia para los alumnos del IES. "Ruta de la Plata" de Calamonte. El domingo 25 de marzo de 2012, salimos de la avenida de Calamonte en autobús hacia la terminal 4 del aeropuerto de Madrid-Barajas, cogimos el avión de Air France con destino París-Orly donde nos esperaba el autobús que nos trasladaría a la Gare Saint-Lazare, una vez en esta estación, subimos al tren que nos llevaría a nuestro destino final: la estación de Caen.

Allí nos esperaban con impaciencia, y a deshoras ya para ellos, pero con la misma ilusión con la que llegamos nosotros, las 22 familias que iban a alojar a nuestros alumnos junto con Claudine, la profesora de español, y la directora del instituto francés que fueron las encargadas de asignar las familias francesas a cada alumno español; recibimos una calurosa bienvenida, por su parte, así como una estupenda cena caliente y, una vez hechas las presentaciones y entregados los regalos que les llevábamos desde España, nos fuimos enseguida a descansar para las clases del día siguiente.